Somos un pequeño grupo de compositores, arreglistas y productores con años de experiencia en la industria musical. Hemos escrito y producido música tanto para empresas como para artistas independientes en una variedad de géneros. Ofrecemos una amplia gama de servicios personalizados y nuestra tienda cuenta con un vasto catálogo de arreglos musicales, disponibles en diferentes formatos (PDF imprimible, MIDI y Multipista Audio en formato mp3).
Llegar a dominar la interpretación de géneros como la Salsa, la Timba o el Latin Jazz implica mucho más que simplemente construir un repertorio; es un proceso en donde es esencial que el músico llegue a entender el papel que desempeña cada elemento, en la creación del estilo, también conocido como "sello" que otorga a cada orquesta un sonido único y característico. Nuestra misión es proporcionar, a orquestas y a músicos independientes, las herramientas necesarias para facilitar la creación y desarrollo de su propio sello dentro del ámbito de la música afro-latina.
Decidimos compartir una historia, para explicar la razón por la cual decidimos hacer lo que hacemos.
La Salsa, la Timba y la música popular bailable en general, es un fenómeno mundial cuya popularidad ha ido aumentando de forma constante a partir de la década de los '70 ( la Timba a partir de los '90, en ese caso la historia se desarrolló de forma diferente debido a la situación política en Cuba después de la Revolución). Con el nuevo milenio, la fiebre salsera llegó a Europa también, y hoy en día las clases de baile salsa siguen siendo el pasatiempo favorito de miles de Europeos.
Es preciso mencionar que además de contagiar los pies de los bailarines, esa misma fiebre fue inspirando las manos de los músicos, aunque el camino resultó ser más difícil.
La música popular bailable luchó durante mucho tiempo para ser reconocida oficialmente por las instituciones musicales y, hasta el día de hoy, a pesar de la increíble habilidad que requiere su interpretación y de la sofisticación y creatividad que la caracteriza, aún no ha encontrado un lugar oficial en los conservatorios. Nació del son y otros ritmos nativos del Caribe hispano y se desarrolló en la ciudad de Nueva York. En Cuba, durante los años 90, músicos egresados de los conservatorios cubanos revolucionaron el género creando lo que más tarde se conocería como Timba, introduciendo elementos de música clásica, jazz, funk, pop y hip-hop, marcando el comienzo de una era de innovación musical sin precedentes.
Desafortunadamente, debido a diferentes factores, partituras y transcripciones siempre han sido muy difíciles de conseguir, haciendo que el conocimiento musical técnico de géneros como la Timba permaneciera atrapado en Cuba.
La situación política y económica en la Cuba post-revolucionaria tuvo un impacto directo en la forma en que la Timba se desarrolló.
Después de la Revolución, Cuba entró en un período de crisis económica y no había mucho potencial de ingresos en cuanto a la música grabada, así que la venta de discos no desempeñaba un papel económicamente significativo en la vida de los artistas. Los músicos, principalmente, ganaban su sustento tocando en vivo. Las orquestas se dieron cuenta de que su mejor jugada iba a ser enfocar sus esfuerzos en la performance de escenario. Cualquiera que haya asistido a un concierto de Timba se habrá dado cuenta de que a menudo, las versiones en vivo resultan ser mucho más largas que las correspondientes “studio versions” que encuentras en los discos o en iTunes. Esto se debe a que la Timba en vivo es mucho más que una simple actuación: es una experiencia interactiva entre la orquesta y el público. El director musical tiene la responsabilidad de analizar la vibra y la energía del público con el fin de ajustar, extender o agregar elementos al arreglo en tiempo real mediante la improvisación. La parte mas complicada, como pueden imaginar, es encontrar la forma de comunicar esos cambios a la orquesta en tiempo real de forma sutil sin que la interpretación deje de fluir de forma natural. Para facilitar el proceso, fueron creadas lo que algunos conocen como marchas Los cambios de marcha se comunican a través de gestos y señales, de esa forma el arreglo logra mantener su elemento de improvisación sin perder estructura y funcionando perfectamente como (Van Van pido permiso) una maquinaria musical.
Entonces, ¿Que tiene que ver esto con lo que hacemos?
Al proporcionar transcripciones precisas y explicaciones en contexto, como en el caso de las "marchas", nuestro objetivo es aclarar cómo funciona el mecanismo interno de esas maquinarias musicales, ofreciendo a músicos, grupos y orquestas, una perspectiva fresca y nuevas ideas que podrán implementar en sus propias actuaciones y espectáculos.
El video a continuación muestra una performance en vivo de Los Van Van interpretando uno de sus éxitos más icónicos, “Somos Cubanos“, con el legendario Mayito Rivera como vocalista principal. Si comparas la duración de la versión estudio con la del video, notarás que la versión en vivo es casi el doble de larga. Hay un solo de percusión de Samuel Formell excepcionalmente largo y varias secciones improvisadas. Hacia el final de la performance, la orquesta toma y adapta el coro de otra de sus canciones, “El Montuno”, incorporándolo a “Somos Cubanos“, mientras Mayito improvisa entre las repeticiones del coro. En el video se puede ver claramente cómo la energía del público influyó en la decisión de extender de forma creativa la duración total de la performance. Este es uno de los muchos ejemplos del concepto de experiencia interactiva entre los artistas y el público mencionado anteriormente. La energía del publico con respecto a la performance de la orquesta define la duración y la estructura del arreglo en vivo, el cual se extiende mediante el uso de “marchas“ para coordinar las transiciones entre las secciones improvisadas.
